viernes, 12 de abril de 2019

La nube atómica y su viaje por el mundo

El polvo radiactivo empezó a expendirse desde el reactor de la central nuclear destruido y ardiente y contaminó el medio ambiente no solo en sus alrededores, sino también llegó a lugares más lejanos. El primer paso de la liquidación del accidente nuclear fue extinguir el incendio en la sala del reactor ardiente y en el techo de la sala central de la maquinaria. Los primeros en llegar fueron el departamento especial de bomberos de la central nuclear, junto con los bomberos de las ciudades vecinas de Prípiat y Chernóbil. Ellos apagaron el fuego en 3 horas después del accidente. Aunque, en el corazón del reactor, había una mezcla de masas nucleares que contenían comustible que aún estaba ardiendo.
Los bomberos que trabajaban en la zona del accidente no sabían qué había causado el incendio y seguían echando agua a las ruinas del reactor. Esto empeoró la situación y provocó varias explosiones menores y una grave contaminación radiactiva. Para evitar la dispersión de la radiactividad al medio ambiente, llenaron el reactor de 5.000 toneladas de boro, dolomita, arena, barro y de un compuesto de plomo,  lanzándolo desde lo alto de unos helicópteros que estaban volando sobre el reactor los días después del accidente. Estas materias llegaron a  extinguir el grafito ardiente y absorber los aerosoles radioactivos. Dos semanas después de la avería los organismos oficiales soviéticos decidieron conservar el bloque colapsado dentro de un sarcófago especial – hecho de hormigón con su propio sistema de refrigeración.

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